Ya estamos aquí de nuevo, y quería inaugurar el 2017 con una receta que hago mucho en casa y que nos encanta.
Si bien le llamo brioche, no lo es estrictamente… Sin duda uno de los ingredientes que no deben faltar en un brioche es la mantequilla que se incorpora después de un largo amasado poco a poco y en pomada, y en esta receta la mantequilla no está, no la busquéis…
La carga grasa para que nos quede un pan tierno y rico la va a aportar la nata y el resultado es un pan muy aromático y que aguanta tierno varios días.


INGREDIENTES:

  • 475 gr. de harina de fuerza
  • 115 gr. huevos batidos
  • 40 gr. de azúcar
  • 5 gr. de levadura seca de panadero
  • 190 gr.-200ml de nata para montar (un tetrabrick mini)
  • una naranja rallada
  • 50 gr. de zumo de naranja 
  • 2 gr. de sal
  • para decorar: huevo batido y semillas de sésamo crudo
Yo hago la masa en mi Kitchen Aid, pero como siempre podéis hacerla en vuestra amasadora o a mano!!! Eso sí, es un amasado largo, así que si optáis por amasar a mano ¡mucho ánimo!
Ponemos la harina, el azúcar y la levadura seca de panadero y removemos con una espátula o cuchara un poco para que la levadura se reparta bien. Añadimos los huevos, la nata, la ralladura de naranja, la sal y la mitad del zumo de naranja.
Comenzamos a amasar con el accesorio «gancho» a velocidad 1. A medida que  veamos que la masa va admitiendo el líquido, incorporamos si es preciso el resto de zumo de naranja.
Yo he usado harina de fuerza de la marca «Harimsa» y me ha admitido los 50 gr. de zumo, pero dependiendo de la capacidad de absorción de la harina que usemos le hará falta todo o algo menos, por eso es mejor ir añadiendo «a poquitos».
Amasaremos por espacio de unos 15 minutos. La masa resultante es una masa blandita, lisa, homogénea y que no se pega nada a las manos. 
¡Es un gustazo amasarla un poco a mano!
Formamos una bola y dejamos levar la masa en un cuenco o bol engrasado con un poco de aceite de oliva durante una hora un par de horas, dependiendo de la temperatura ambiente de vuestra cocina.
En mi horno tengo función LEVADO, así que yo meto la masa en el horno y programo esta función (el horno se pone a una temperatura de unos 25º) y en una hora y un poco más la tengo doblada de volumen.
Pasado este tiempo, sacamos la masa del bol y la desgasificamos apretando un poco la masa con las manos y amasamos sobre la superficie de trabajo, comenzando a darle forma alargada (ver collage).
Si queréis darle la forma que tiene mi brioche deberéis formar una especie de rulo largo, pensando que cuando lo enrolléis debe caber holgadamente en el molde que vayamos a usar. 
Yo uso el típico molde de plumcake y ÉSTE de la marca Birkmann es una pasada, con una antiadherencia genial.

Una vez tenemos formado el rulo, comenzamos a formar la trenza con los dos cabos y cerramos bien el extremo del brioche.

Preparamos el molde: engrasamos y enharinamos o como yo prefiero hacer, ponemos teflón en el fondo del molde. Cuando los teflones se me van poniendo feos y viejos, los recorto del tamaño del fondo de los distintos moldes que tengo y me ahorro encamisarlos o engrasarlos.

Disponemos la trenza en el molde y tapamos con un trapo o film plástico y volvemos a dejar levar otra hora u hora y media (yo vuelvo a hacerlo en el horno).

Cuando haya doblado el volumen lo pincelamos cuidadosamente con huevo batido o con un poco de nata líquida ¡Le da un brillo más espectacular que el del huevo batido!

Si optáis por el huevo, añadidle un poco de sal para que no queden «babas» y podáis pincelar bien el brioche.

Yo además he añadido por encima unas semillas de sésamo crudo porque me encanta el toque crujiente que le da y además decoran.

Con el horno precalentado a unos 180º horneamos con calor arriba y abajo durante unos 30-35 minutos o hasta que esté bien dorado.

Hacia el final del horneado yo lo tapo con papel de aluminio o pongo una bandeja por encima para que no se me dore en exceso.

Dejamos enfriar sobre una rejilla y ¡ÑAAAAAAM!

Para desayunar, tostado o sin tostar con un poco de mermelada de naranja amarga, con jamón de York a la plancha…¡Ya me contaréis!

Un beso enoooorme, Belén.