¡Marchando una de croquetas caseras oigaaaa! Llámalas cocletas, concletas, concretas… como tú quieras, pero no pierdas de vista mi receta de croquetas caseras, porque además de estar alucinantemente ricas es muy sencilla de elaborar, incluso si nunca has hecho croquetas.

Tengo que confesar que es la primera vez en mi vida que peso los ingredientes para hacerlas. Aprendí a hacerlas a ojo mientras veía a mi madre darle vueltas a la mezcla con la cuchara de madera en la sartén a fuego lento, muy lento. Y recuerdo la pregunta que siempre le hacía, una y otra vez cada vez que las hacía a modo de liturgia imprescindible:

-«¿Cómo sabes que ya están, mamá’?»
-Porque se despega la masa de la sartén, ¿no lo ves?

Lo veía, pero me gustaba preguntarlo, justo en el momento del último meneo en la sartén, justo cuando ya sabía que estaban hechas. Era mi forma de decirle a mi madre que yo ya sabía hacer croquetas, y que controlaba ese punto exacto que sólo ella les daba.

Luego empecé a hacerlas yo, y ya no he parado. No hay semana que en casa no tomemos croquetas, por lo general de jamón serrano y de pollo. Pero también de restos de puchero o de cocido, de gambas y merluza con cebollita, de huevo duro y atún…

He enseñado a hacerlas a mis cuñadas, a amigas, a vecinas y hasta a una presentadora de Thermomix, y es que ¡¡¡salen siempre perfectas y taaaaan ricas!!!!

 

 

El secreto de unas buenas croquetas como todo en cocina, es el mimo, el cariño, la calidad de los ingredientes y una buena cocción de la masa, lenta y a fuego suave.

Pero los tiempos cambian, vivimos más deprisa y nuestras cocinas se llenan, a veces demasiado, de electrodomésticos que pretenden hacernos la vida más fácil. Por éso os traigo la elaboración de toda la vida, y la versión «Thermomixera», para los que no disponéis de tanto tiempo pero queréis comer croquetas caseras y con fundamento.

¡¡Se acabó lo de las croquetas precocinadas!! Yo hago una tarde croquetas, las preparo, las rebozo y las meto en tuppers en el congelador. Así siempre tengo listas croquetas caseras para comer sin tener que estar haciendo masas una y otra vez. Si tienes tiempo las sacas del congelador y las pasas a la nevera para que se descongelen poco a poco, y si vas con prisas, directamente del congelador a la sartén.

Pero vamos con la receta y ya luego, seguimos con más trucos.

 

Ingredientes (unas 30 medianas)

  • 150 gr. pechuga de pollo (frita, asada, hervida o restos)
  • 90 gr. jamón serrano
  • 50 gr. aceite de oliva
  • 150 gr. harina
  • sal
  • nuez moscada, pimienta, especias al gusto…
  • 500 ml. leche entera
  • media cebolla picadita (opcional)

 

Elaboración tradicional unas croquetas caseras

Ponemos el aceite en una sartén grande, si queremos ponerle la cebollita la picamos y la doramos en el aceite. Si no le pònemos cebolla, añadimos directamente la pechuga y el jamón bien picaditos y sofreímos un par de minutos.

Añadimos la harina a la pechuga y el jamón, y damos vueltas con nuestra cuchara de madera hasta que veamos que el color blanco de la harina ha desaparecido y que la harina se ha tostado por completo.

Comenzamos a añadir la leche, poco a poco. Yo voy echando la leche a pequeñas cantidades y a medida que veo que la masa la absorbe voy añadiendo más cantidad.

A mitad cocción, añadimos la sal, las especias que más nos gusten (yo siempre le pongo nuez moscada) y probamos para si hace falta,  rectificar de sal.

Terminamos de añadir toda la leche, y sin parar de remover vamos trabajando la masa hasta que ésta se despegue de las paredes de la sartén y esté espesa y bien ligada. Hay que tener paciencia, y os va a llevar un ratito, pero vale la pena, además hacemos brazo!!! jajajajaja

Una vez veamos que la masa está lista, la volcamos en un fuente y la dejamos enfriar, para más adelante poder trabajarla y formar las croquetas. Puede que al terminar de cocinarla no os resulte todo lo espesa que debería, pero al enfriarse se quedará perfecta.

 

 

Elaboración con Thermomix

Ponemos el aceite y la cebolla (si vamos a poner cebolla) en el vaso y trituramos. Programamos 5′ velocidad 3 y temp. Varoma (y giro a la izquierda si vuestro modelo lo tiene) y sofreímos. si no ponemos cebolla hacemos lo mismo pero solo con la pechuga y el jamón.

Una vez sofrito todo, programamos de nuevo vel.3 temperatura Varoma y 20′ y echamos por el bocal la harina. Una vez veamos que la harina está integrada y dorada, comenzamos a añadir la leche. En la Thermomix yo echo la leche toda desde el principio, añado la sal y las especias, y si tenéis giro a la izquierda lo ponéis para evitar que se triture demasiado la masa, ya si hace falta al final podemos triturar más o menos la mezcla.

Generalmente en unos 20 minutos tengo mi masa para croquetas perfecta, pero si la veis muy líquida podéis aumentar el tiempo a la misma temperatura y velocidad.

Como os decía, al final de la cocción si os gusta que la masa quede con menos tropezones, podéis triturarla algo más y dejarla más fina.

Volcamos la masa para croquetas en una fuente y dejamos enfriar hasta el momento del formado de las croquetas.

Una vez nuestra masa esté fría ya sólo nos queda dar forma a las croquetas. Aquí cada maestrillo tiene su librillo: con las manos un poco húmedas, con dos cucharas soperas, con algún artilugio de esos raros raros raros. o como hago yo, con una manga pastelera provista de una boquilla redonda enooooorme o simplemente con un corte grande en la punta de la manga según el diámetro que queráis que tengan vuestras croquetas.

Yo pongo la masa en la manga y hago tiras largas con ella. y una vez tengo las tiras formadas, ya sólo tengo que, con un cuchillo, ir cortando las porciones del tamaño que quiero. Es fácil, rápido y muy limpio.

 

croquetas caseras

Ahora lo más divertid: ¡A darles forma!

 

Y he aquí cuando llegamos al gran dilema que durante décadas nos ha enfrentado a mi madre y a mi, maestra croquetera vs. alumna.

 

¿Primero pan y luego huevo o viceversa?

Ricas van a estar igual, eso seguro. Pero mi madre las pasa primero por pan rallado y luego por el huevo batido con una pizca de sal para que no queden esas babas tan molestas. Y yo lo hago al revés: primero huevo y luego el pan.

La diferencia es que las de mi madre quedan más tipo «buñuelo» y no crujen, y las mías quedan crujientes y muy doraditas.

A la hora de freírlas, sólo nos queda ser generosos con el aceite en el que las vayamos a freír (yo las frío en aceite de girasol), que esté bien caliente al echar las croquetas, y cocinarlas a fuego medio, para que no se embeban de aceite resultando aceitosas, pero que no se nos hagan demasiado rápido, se doren en exceso y además corran el riesgo de reventarse.

Con patatas fritas, pimientos asados, cebollita frita, ensalada… ¡Es que están ricas como las comas!

Así que venga, todos a hacer croquetas, no hay excusas que valgan.

Un beso y gracias por «estar ahí», Belén.