¿Quién no ha oído alguna vez éso de «los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él»?


Pues la receta de hoy tiene que ver con esos amantes: Juan Diego Martínez de Marcilla e Isabel de Segura. La historia parte con base verídica y mucho de leyenda popular y se desarrolla en el s. XIII siendo la típìca historia de amor a lo «Romeo y Julieta, veamos:
-Jovenzuelos que se enamoran hasta las trancas.

-Padre de la chica que se interpone porque el jovenzuelo «no tié ni pa pipas»

-Jovenzuelo que se marcha a hacer fortuna y hacerse merecedor de la susodicha.
-Jovenzuela que promete esperarle el tiempo que haga falta y amor eterno (juasjuasjuas)
-Padre «puñetero que dice que con 5 años que espere la moza, ya está bien.
-Moza que se casa el mismo día que se cumplen los 5 años de ausencia de su «amor eterno» (ejem ejem..)
-Jovenzuelo, ya no tanto, que vuelve justo tras el SÍ QUIERO del bodorrio y «forrado de pasta».
-Parraque con consecuencia mortal del amante desconsolado.
-Último beso de amor «post-mortem» de la enamorada al finado con el consiguiente y natural jamacuco y muerte fulminante en medio del funeral de Juan Diego, de Isabelita.

Vamos que lo de Shakespeare al lado de nuestros amantes patrios hasta parece una película de Disney…¡vaya dramón!

El caso es que en Teruel, tienen estos deliciosos pastelillos que conmemoran la historia de sus amantes, y pese a que la historia tiene visos de panfleto venezolano, los pastelillos son de ÓSCAR de Hollywood. Una receta sencilla, rápida, que no ensucia nada, delicada  y riquísima.

Con la receta he de contaros que he tenido una pequeña desilusión, no con la receta en sí, sino con mi fuente. Tenía la receta desde este verano, esperando agazapada en el cajón de las «recetas pendientes». Una amable señora de Rubielos de Mora (Teruel…también existe) me la dio este verano haciéndome jurar y perjurar que no se la daría a nadie, porque era EL SECRETO familiar.


Yo educadita en colegio de monjas y emocionada por el recetón que tenía entre mis manos juré solemnemente  no hacerlo, al mismo tiempo que mis dedos se cruzaban por detrás de mi espalda para dejar así invalidado el juramento pronunciado. Y es que, en el cole aprendí que da igual lo que jures y en qué idioma lo jures (castellano, sueco, arameo…), el CRUZAMIENTO de dedos deja el juramento sin validez alguna…¡La de cosas prácticas que se aprenden en las monjas, oiga!
Pues llegados a este punto, con la receta en mi poder y el juramento no juramentoso, me pongo hace unos días a ver si había muchas recetas de Suspiros en la red. Muchas no es la palabra,,,¡muchísimas! y lo peor es que la mayoría con lamisma receta exacta SECRETO SECRETÍSIMO  de familia. Yo este verano vuelvo y me la cargo!!!

En fin, no volveré a fiarme de  mis fuentes…que creo que navegan más que yo por internet.

Para unos 40 Suspiros:

  • 2 huevos
  • 100 gr. azúcar
  • 50 gr. mantequilla
  • 8 quesitos tipo «El Caserío»
  • azúcar glass para espolvorear
  • mini tartaletas de masa quebrada o similar (yo las compro en el horno ya hechas)
Si tenéis Thermomix no puede ser más sencillo hacerlos: metemos todos los ingredientes menos las tartaletas claro,  y el glass. Programamos vel. 4,  90º , unos 5 minutos y listo. Si vemos que al terminar el tiempo queda algún trocito que no se ha deshecho en la crema, le damos un golpe a una velocidad mayor y «arreando que es gerundio».


Si no tenemos Thermomix derretimos la mantequilla en un cazo, hasta  que esté completamente derretida. Comenzamos entonces a añadir el azúcar y lo integramos. Batimos los huevos previamente batidos e incorporamos a la mezcla, sin parar de remover. Sólo falta echar los quesitos y dejar cocer un poco hasta que se deshaga todo y espese, Si nos queda algún trocito de queso, podemos al final pasar la crema por la batidora y dejar la crema bien fina,

Rellenamos las tartaletas y horneamos con SÓLO opción grill unos 10 minutos o hasta que veamos que están hechos. Podemos rellenar las tartaletas hasta el borde. La masa sube mucho, pero no se desborda y al enfriarse se retraen y se quedan planitas. Si no tenéis opción grill, programad 180º y calor sólo arriba y hornead hasta que estén bonitos y dorados.

Una vez fríos, espolvoreamos con abundante azúcar glass y si sois de rezos y metidos en Cuaresma que estamos, empezad a rezar lo que sepáis para que La Pilarica os de conocimiento y no os comáis media bandeja de suspiros de amantes de un tirón.


Mis lorzas y yo no rezamos y estamos pagando las consecuencias…#elqueavisanoestraidor

Un beso gordo, Belén.