Pues no, no me he lanzado al consumo indiscriminado de carne humana y no voy a comerme a unas mujeres nacidas en Valencia tras el comunicado de la OMS y de la perversa relación entre cáncer y carnes procesadas. Que dicho sea de paso: trago con que comer hamburguesas día sí y día también no sea lo que debemos entender por dieta sana, acepto no sin pesar, que no podemos estar comiendo longanizas, chorizos y morcillas a diario, vale que es mejor el pescado que la carne roja…Pero el jamón serrano que no me lo toquen, por ahí si que no paso!!!

Me voy del tema…

¿Qué no sabéis lo que son las valencianas? Pues no son más que magdalenas que por esta zona se hornean en papelillos o cápsulas alargadas y que reciben ese nombre y no me preguntéis por qué.

Mi madre acostumbraba al salir del cole a pasar por el horno que había al lado del colegio, y me compraba la merienda que día tras día yo le demandaba entre pucheritos y caiditas de ojos: valencianas y una barrita de chocolate. No había manera de que pidiera algo distinto, o eso o nada, que la niña no merendaba!

Así que tanto cupcake, tanta magdalena y bizcocho y no había en el blog una entrada que me recordara esas tardes de niñez, de barritas «Lingotín», de  manchones en el uniforme de chocolate y de miguitas de valenciana que se colaban por el escote de mi camisa color beige y que caían en el suelo del baño de casa de mis padres justo antes de meterme en la bañera.

Una receta sencilla pero con el toque del chocolate fundido y el sabor de la calabaza, que para eso estamos en otoño. Perfecta para mojar en el café de media tarde, en el té del desayuno o para llevar al cole y ser la envidia de todos los compañeros.

INGREDIENTES (Para unas 16 unidades)

  • 2 huevos XL
  • 150 gr. azúcar
  • 230 gr. calabaza asada ya limpia y sin pepitas
  • 100 gr. chocolate fundido
  • 150 gr. harina bizcochona*
  • 60 gr. aceite de oliva
  • azúcar y canela para espolvorearlas antes de hornear

*Ya sabéis que la harina bizcochona o leudante es esa harina que lleva ya incorporado el impulsor que necesita y q la que por tanto no necesitamos añadirle levadura tipo «Royal» ni ningún otro tipo de agente impulsor. Pero si no la tenéis a mano, usad harina normal y añadidle la cantidad de levadura correspondiente.

Comenzamos fundiendo al baño maría o a golpes muy cortos de microondas para evitar que se queme el chocolate. reservamos para que se vaya templando.

Precalentamos el horno a unos 175º aproximadamente.

Batimos los huevos con el azúcar, hasta que queden bien espumosos. Añadimos el aceite de oliva (si preferís usar de girasol o de semillas no hay problema), la calabaza reducida a puré y la harina. Con unas simples varillas de mano será más que suficiente para obtener una masa ligada y homogénea. Incorporamos el chocolate ya templado, integramos con ayuda de las varillas o de una espátula, «chuperreteamos» la masa para comprobar lo rica que está y valencianas listas!

Ya solo nos queda rellenar los papelitos. Si no queréis poner todo perdido y además ensuciar los papeles, la mejor opción es verter la masa en una manga desechable y dispensar la masa con ella limpia y cómodamente.

Antes de hornear las valencianas no olvidéis espolvorearlas con azúcar y un toque de canela, ya veréis qué bocado tienen!!!

En unos 20 minutos las tendréis listas.

Adquieren todo su aroma de un día para otro: yo las horneé ayer y comimos unas cuantas, pero hoy en el desayuno estaban muuuucho mejor.

Por cierto, creo que aún quedan unas cuantas así que os dejo antes de que mis hijos se las coman y me priven de ese momento de placer del té con leche de las cinco y mis dos valencianas.

Porque aunque yo soy mayor…me gusta merendar como cuando era niña.

Un beso grande, Belén.